Interrogatorio. Atávica e insidiosa técnica
policial que valiéndose de diversos recursos no siempre legales consiste en hacer confesar a un sospechoso, denominado en el argot
“cabeza de turco”, que es culpable de lo que un dúo cómico patético ("poli malo, poli bueno") es incapaz de
resolver por sí mismo.
Sea
esto lo que quiera que sea y trátese de lo que se trate.
Nunca viene mal un sótano insonorizado ni está de más
una buena lámpara bien surtida de vatios cuando de interrogar se trata; sobre todo si el sospechoso
resulta ser una femme fatale, género
éste habitualmente tan duro de pelar y roer.
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