1. Me llamo Marta. Me llaman Marta. Fui bautizada en escenarios sin dueño hasta que mis ojos fueron, poco a poco, dilatándose en ficciones.
11. Me llamo Marta y las palmas sin huellas de mis manos no me permiten firmar ni saludar desde fuera, cosas simples para quien palpa azúcar tras los espejos. Si las vocales unen consonantes y las consonantes imantan vocales, dadme mis letras para recomenzar. Cogí la "o" y desollé su sentido. Dadme mis letras para recomenzar. Dadme aunque sea un cero, pero uno completo, cuadrado y sin fisuras.
(De 28010, Calambur, 2011)
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