sábado, 9 de febrero de 2013

Alexandra Domínguez


Me gusta decir

Me gusta oíros bajo mi almohada, lluvia, cerezos.
Me gusta el grillo que canta en la estantería junto al hombre que fue jueves.
Me gustan las jaulas vacías que nunca hospedaron la obligación de Dickens por las palabras.
Me gustan los estuches de violín donde duermen las manos dóciles.
Me gusta encontrarte entre las sábanas como si fueras un continente desconocido.
Me gustan los pasillos de la memoria por los que regreso a mi casa y allí está mi padre distraído por la iluminación de los pensamientos.
Me gusta haber vivido después de gente como él.
Me gusta decir que todo lo importante lo escuché de seres inexistentes cuya única virtud fue ser una alacena sin alimentos para la melancolía.
Me gustaría seguir hablando como hablan los hermanos en sueños detrás de las puertas.
Me gustaría después de la vida, volver y decírtelo.

(De Poemas para llevar en el bolsillo, Renacimiento, 2006)




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