Esta vez sí; el jurado del premio Cervantes -que no siempre ha tenido su mejor año- ha acertado de pleno concediéndoselo a Nicanor Parra.
Para muestra, un botón de su talento poético:
Madrigal
Yo me haré millonario una noche
Gracias a un truco que me permitirá fijar las imágenes
En un espejo cóncavo. O convexo.
Me parece que el éxito será completo
Cuando logre inventar un ataúd de doble fondo
Que permita al cadáver asomarse a otro mundo.
Ya me he quemado bastante las pestañas
En esta absurda carrera de caballos
En que los jinetes son arrojados de sus cabalgaduras
Y van a caer entre los espectadores.
Justo es, entonces, que trate de crear algo
Que me permita vivir holgadamente
O que por lo menos me permita morir.
Estoy seguro de que mis piernas tiemblan,
Sueño que se me caen los dientes
Y que llego tarde a unos funerales.
¡Enhorabuena, maestro!
Como he dejado dicho en "La posada", tendré que volver a este poeta/antipoeta, al que me acerqué a principios de los 80, con poco provecho; sin duda, por torpeza mía.
ResponderEliminarUn abrazo.