Aritméticas
SIETE por ocho, cincuenta y seis. Este es el número de ventanas que tenía un edificio de Varsovia. Dormí junto a una de esas ventanas. En Washington y en Budapest también descubrí otros edificios que tenían cincuenta y seis ventanas. Pero no dormí dentro. Es fácil contar las ventanas de un edificio. Y las personas que se asoman. Lo que no es fácil es contar las ventanas que hay en cada persona. Y no hablo de lo irreversible.
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SEIS por tres, dieciocho. De madrugada, tú me lo contaste, sonó dieciocho veces tu teléfono. Eran dieciocho mentiras, dieciocho deseos. Pero el teléfono es una frontera. Y dieciocho días después volvió a sonar el teléfono. Aleteaba el sonido, me dijiste, como los murciélagos.
Fernando Sanmartín (18 de julio)
Ilustración: Ignacio Fortún
Ambas testos, intensisimos, pero el primero me parece para enmarcar.
ResponderEliminarAbrazos.
textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos, textos... así, hasta cien veces (obviamente, es lo que quería escribir en la entrada anterior). Me he dado cuenta justo cuando pulsaba "publicar un comentario".
ResponderEliminarNuevos abrazos.
Preciosos testos, ;-) digo textos, y estupendo blog que acabo de descubrir.
ResponderEliminarRegresaré
Ya hora, que puedo leerlo ya publicado, veo que también me columpié con la primera palabra del primer comentario, "ambas" en vez de "ambos". Se ve que los duendes, madrugadores, estaban al acecho.
ResponderEliminarGracias de antemano, Elías, por estas contrarréplicas propias.
Insisto en los abrazos amigos.
No te apures, Antonio, a todos nos pasa.
ResponderEliminarsi yo te contara...
Abrazo.
Pues bienvenida, hoy, arati, y cada vez que regreses.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saludos.
Han pasado algunos días. Al releerlos siguen siendo dos textos muy logrados, inteligentes.
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