¡Qué repelús me dan -me lo han dado desde siempre, que yo recuerde- esas muñecas vestidas de raso o puntilla y la cara de porcelana, con su inmovilidad de muerto reciente, con sus ojos abiertos sin remedio!
Son como las viejas locas de las películas, con kilos de maquillaje en el rostro y carmín sangriento en los labios, pero jibarizadas y encima de tu cama.
O con esas piernas de trapo o de plástico colgando de los estantes en la oscuridad del cuarto, esperando que despiertes en la noche para suministrarte una buena pesadilla.
jajajaa de acuerdo contigo...y me lo recordaron este año varias muñecas que les han añadido el movimiento de crecer..son feas..feas con ganas..besitoss..Feliz Año nuevo, Elías
ResponderEliminar