Desde mi último recuento de publicaciones de esta magnífica y fecunda editorial, varios han sido los volúmenes que han salido a la luz en sus diferentes colecciones:
Para ir poco a poco y no saturar, ahí van los tres primeros en el tiempo:
En Anejos, una colección que se caracteriza por sus ilustraciones (dibujos y fotografías), Luis Alberto de Cuenca publica En la cama con la muerte (25 poemas fúnebres), bellamente ilustrado con fotografías de Miguel Fernández-Pacheco y Marcela Lieblich.
Fuera de colección, y en coedición con la peruana Aquelarre Ediciones, Nabokovia peruviana, de Fernando Iwasaki.
Y en la nueva -otra más- colección Inklings de Siltolá, un hermoso volumen, Tablero de sueños, de José María Jurado.
(Aviso para navegantes: José María acaba de reactivar hace unos días, después de meses de silencio, su estupenda página El lector de almanaques. Absolutamente recomendable… para todos los lectores).
Debo confesar que yo, hasta que Javier Sánchez Menéndez me lo explicó y leí esto en la página de José María (¡son tantas las cosas que uno ignora!), no sabía qué eran los Inklings; es más, nunca había oído semejante término:
Entre el cenáculo y la sociedad literaria, los Inklings eran reuniones de escritores y académicos de Oxford cuyo objetivo era la discusión intelectual y crítica sobre algún aspecto de la obra de un autor que éste exponía en estas informales y humosas sesiones oxonianas. Los Inklings son célebres pues en ellos participaron escritores como J. R. R. Tolkien o C. S. Lewis, y los rodea la bruma del mito, como todo lo que sucede en aquella enigmática ciudad de la inteligencia, tan bien descrita entre nosotros por Javier Marías en su novela Todas las almas.
Dos meses antes de cada cita se editará y pondrá a la venta un libro: el Inkling no sólo consiste en la presentación pública del libro, en formato conferencia o recital, sino que la Editorial organiza un encuentro posterior, el mismo día, entre el autor y otras personas invitadas, a fin de profundizar en su obra y exposición.
La primera cita, este Tablero de sueños, el próximo 29 de septiembre en la Casa del Libro de Sevilla.
Ya se anuncian también Inklings de José Luis García Martín, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas, Antón Castro, Tomás Rodríguez Reyes y Olga Bernad.
El otoño, con sus cálidas y gozosas promesas de lectura.
Voy a ir preparando la chimenea y mullendo el sillón orejero.
Debo confesar que yo, hasta que Javier Sánchez Menéndez me lo explicó y leí esto en la página de José María (¡son tantas las cosas que uno ignora!), no sabía qué eran los Inklings; es más, nunca había oído semejante término:
Entre el cenáculo y la sociedad literaria, los Inklings eran reuniones de escritores y académicos de Oxford cuyo objetivo era la discusión intelectual y crítica sobre algún aspecto de la obra de un autor que éste exponía en estas informales y humosas sesiones oxonianas. Los Inklings son célebres pues en ellos participaron escritores como J. R. R. Tolkien o C. S. Lewis, y los rodea la bruma del mito, como todo lo que sucede en aquella enigmática ciudad de la inteligencia, tan bien descrita entre nosotros por Javier Marías en su novela Todas las almas.
Dos meses antes de cada cita se editará y pondrá a la venta un libro: el Inkling no sólo consiste en la presentación pública del libro, en formato conferencia o recital, sino que la Editorial organiza un encuentro posterior, el mismo día, entre el autor y otras personas invitadas, a fin de profundizar en su obra y exposición.
La primera cita, este Tablero de sueños, el próximo 29 de septiembre en la Casa del Libro de Sevilla.
Ya se anuncian también Inklings de José Luis García Martín, Luis Alberto de Cuenca, Antonio Colinas, Antón Castro, Tomás Rodríguez Reyes y Olga Bernad.
El otoño, con sus cálidas y gozosas promesas de lectura.
Voy a ir preparando la chimenea y mullendo el sillón orejero.
Anónimo dijo...Amigo, Elías.
ResponderEliminarMe das alegrías.
Un abrazo y mil gracias.
JM Jurado.