Me acuerdo de Josef Sudek buscando imágenes por las calles de Praga, el gabán de paño contra el frío casi hasta los pies, la boina gastada, cargado de hombros con la cámara y el trípode a cuestas, con su brazo de menos.
Una granada de obús, al parecer disparada por su propio ejército. Siempre me ha impresionado ésa foto suya, algo fantasmagórica, con la cámara apoyada al hombro, y el trípode como contrapeso.
No me deja google publicar comentarios que no sean anónimos, el anterior, anónimo de grises, brumas y corazones, a lo que aspira la foto era yo ¿y qué es "yo"? Una ilusión, un brazo perdido, la nada.
No dejo de mirar sus retratos de la ciudad, de la catedral, de los bosques y sobre todo de objetos domésticos que parecen entrar en un mundo mágico. Su desdicha de perder el brazo en una guerra conciono su vida, impulso su dedicación profesional a la fotografia y su muerte. Una razon mas de pasear en su ciudad con la memoria de este humilde e inmenso fotografo.
Elías Moro (Madrid, "cosecha" del 59). Jugaba al baloncesto. Ahora quiere a sus mujeres (4) y a sus amigos, lee lo que le dejan, escribe como puede, baila salsa (aunque lo que le gusta de verdad es el tango). Algún enemigo tendrá también por ahí, no voy a decir que no. Estado actual: escéptico.
TESTIGOS DE CARGO
"Cuando escribes te manchas de ti mismo". Tomás Sánchez Santiago Foto de Guillermo Gallego
Un genio de la imagen. Madre mía, qué fotografías nos has traído.
ResponderEliminarHasta la próxima.
Magnífico "Me acuerdo". Extraordinarias imágenes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un maestro, Sudek: yo no me canso de ver sus imágenes. Siempre les encuentro algo que me mueve por dentro.
ResponderEliminar¡Y ese brazo perdido en la guerra!
Abrazos
Una granada de obús, al parecer disparada por su propio ejército.
ResponderEliminarSiempre me ha impresionado ésa foto suya, algo fantasmagórica, con la cámara apoyada al hombro, y el trípode como contrapeso.
Preciosas fotos. Abrazo fuerte.
¡Joder con el "fuego amigo"!
ResponderEliminarNo respeta ni a los artistas.
Abrazo.
El viejo Sudek, su bruma y tu recuerdo, me llegan al corazón. Mil gracias, Elías.
ResponderEliminarNo me deja google publicar comentarios que no sean anónimos, el anterior, anónimo de grises, brumas y corazones, a lo que aspira la foto era yo ¿y qué es "yo"? Una ilusión, un brazo perdido, la nada.
ResponderEliminarJMJ
No dejo de mirar sus retratos de la ciudad, de la catedral, de los bosques y sobre todo de objetos domésticos que parecen entrar en un mundo mágico. Su desdicha de perder el brazo en una guerra conciono su vida, impulso su dedicación profesional a la fotografia y su muerte. Una razon mas de pasear en su ciudad con la memoria de este humilde e inmenso fotografo.
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