Secretos*
Mi mujer es ninfómana. Y una mentirosa de campeonato. Y una actriz de primera.
Años haciéndose la mojigata y, a pesar de mi insistencia de kamikaze, a lo más que llegué fue a tocarle las tetas por encima del sujetador y el culete por encima de las bragas. Si el pudor tuviese nombre, sería el suyo. O eso creía yo.
“Te llevas una joya, ladrón”, me susurró mi inminente suegro al pie de altar con un tonillo sospechoso.
Ya, ya, menuda joya. De ochenta quilates.
¡Qué cabrón, mi suegro! Seguro que lo sabía.
La noche de bodas, Virginia me descubrió su verdadera naturaleza. La esperé en la cama con la bayoneta calada como un campeón, pensando "ahora sí te vas a enterar, cariño". Pero aquella fiera me dejó hecho unos zorros. Tuve que suplicarle que parara.
Dos años llevamos así, dale y dale y dale que te pego sin faltar ni un día, a cualquier hora, en cualquier sitio, en las posturas más inverosímiles…
Pero la verdad es que no puedo culparla; ella tenía su secreto y yo también tengo el mío: soy un necrófilo.
Y esta noche voy a hacer realidad mis sueños.
Con ella.
Y me importa un rábano, es más, me la trae floja si esto es una parafilia o una perversión, o algo contra natura, o vaya usted a saber qué.
Pero de hoy no pasa; ahora me toca a mí.
*El presente relato está incluido en el libro Perversiones (Breve Catálogo de Parafilias Ilustradas), editado por la editorial Traspiés en su colección Vagamundos de libros ilustrados.
La ilustración original es de Martín Pardo, a quien no puedo sino darle las gracias por su magnífica ilustración.
¡Que fuerte! Ya lo dicen, quien ríe el último..
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Si es que ya lo decía mi abuela: "El matrimonio, hija mía, es como un melón cerrado". Buen relato.
ResponderEliminarSeguimos leyéndonos, o ¿debería decir, "sigo"?
Besos.
Acojonado me dejas. Si duermo mal esta noche es por tu culpa.
ResponderEliminarUn abrazo, me encantó conocerte.
Maejtro, borra los cuatrocientos cometarios que sobran, que estoy hecho un hacha de la informática.
ResponderEliminarYa se sabe aquello de "quien ríe el último..." Eso sí, un humor un poco truculento. Sigue yendo de crímenes, por lo que veo.
ResponderEliminarExcelente relato y muy buen dibujo. Mi enhorabuena a ambos.
Un abrazo.
Joé, es que me tenía frito.
ResponderEliminarVamos a ver, no se me entienda mal, a mi la cosa del fornicio me gusta como al que más, pero con ella no podía, no podía.
Mojigata, mentirosa y, a la postre, ninfómana.
¿Es pa matarla o no?
Abrazos para todos y besos para Mercedes (que te sigo, no te creas).
¡Muchos de nadas!
ResponderEliminarDesgraciadamente no podré acercarme a la presentación en Madrid. A ver si al final hay una en Barcelona.
Un abrazo.