Comentario de un mandarín chino tras contemplar, diplomático y estupefacto a un tiempo, un partido de tenis en los albores de este deporte:
“Suponiendo que exista alguna oscura razón que no acierto a imaginar para llevar esa pelota de un lado a otro, no comprendo cómo actividad tan irrelevante no se encomienda a los criados”.
Y se quedó tan pancho el tío.
Y quizá no le faltara razón al mandarín chino. ¡Los escrutables caminos del deporte...!
ResponderEliminarUn abrazo.
No le falta lazón.
ResponderEliminarCon el mandarín. Ay, la sabiduría oriental.
ResponderEliminarPues ya somos cuatro los que estamos con el mandarín.
ResponderEliminarY mira que yo lo he practicado en mis tiempos mozos.
Abrazos