La madre que parió a la puñetera helicobacter. Tan chiquinina y la guerra que está dando. Parece ser que a este bichito le place sobremanera instalarse sin permiso en la mucosa de nuestros estómagos -que ya son ganas, no me digas tú a mí- y, una vez allí, y erre que erre, a la chita callando, al son de lo tonto, hacernos la puñeta, pero bien, a base de úlceras y gastritis.
Hace un par de semanas pasé las de Caín con una prueba médica que aquellos que no la han sufrido y quienes la realizan tildan de suave. Venga, hombre, si esto no es ná, te dicen. Y una mierda. A ver si se la hacen a ellos, y luego hablamos. Endoscopia, se llama el asunto; con ese nombrecito a cuestas, ya te puedes figurar que no te van a dar algodón de feria precisamente.
Te meten por la garganta un tubo de plástico con una cámara en la punta hasta llegar al estómago y, contigo indefenso del todo -tu única defensa son unas arcadas irrefrenables que no se las salta un gitano- lo suben, lo bajan, lo vuelven a subir y a bajar, lo mueven a un lado y a otro a su antojo por tus entresijos. A poco que no les guste lo que ven en la pantalla, te meten otro tubito y te pellizcan por dentro para sacar muestras de tu ser con las que entretener un rato a los chicos del laboratorio. Hala, muchachos, a ver que tenemos por ahí. Portaos bien. Biopsia creo que llaman a esta otra putada.
Te meten por la garganta un tubo de plástico con una cámara en la punta hasta llegar al estómago y, contigo indefenso del todo -tu única defensa son unas arcadas irrefrenables que no se las salta un gitano- lo suben, lo bajan, lo vuelven a subir y a bajar, lo mueven a un lado y a otro a su antojo por tus entresijos. A poco que no les guste lo que ven en la pantalla, te meten otro tubito y te pellizcan por dentro para sacar muestras de tu ser con las que entretener un rato a los chicos del laboratorio. Hala, muchachos, a ver que tenemos por ahí. Portaos bien. Biopsia creo que llaman a esta otra putada.
Hoy me ha dicho el médico que sí, que sí tengo la jodía bacteria. Y bien despierta, dando por saco a tutiplén. Pero se va enterar la pylori de los cojones, esta no sabe con quién se juega los cuartos: de la farmacia me he traído a dos amigas de la pandilla de los antibióticos -los latin kings de la farmacopea- que le van a dar su merecido, se ponga como se ponga. De nada le van a servir sus súplicas. Como mínimo, le van a partir las piernas.
Menudas son la "Amoxicilina" y la "Claritromicina" cuando se ponen a lo suyo.
Y de guardaespaldas, a su primo el "Omeprazol".
Y de guardaespaldas, a su primo el "Omeprazol".
Yo la he tenido y se erradica con tratamiento. La prueba es obvio que te la hiciste en la Seguridad Social, como yo hace ya 30 años (hasta tres veces me la hice), porque en las clínicas donde trabajan las compañías médicas te ponen un sedante. La última vez que me la hice, hace unos tres años, me desperté de un sueño ligero y todo había terminado. Cuídate. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Antonio. A ver si las dos "sicarias" acabadas en "ina" cumplen su cometido.
ResponderEliminarIntento tomármelo con humor, que es algo que la pylori tampoco se espera.
Abrazo.
Yo tenía entendido que esto se diagnosticaba mediante una prueba de aliento, por lo visto veo que no...Ya lo siento
ResponderEliminarSaludos
Pugneteros bichos, oiga. Lo cuentas que tiembla el misterio. En fin, habrá que confiar en esas "guardaespaldas" que te han recomendado.
ResponderEliminarA cuidarse. Que veo que el buen humor, afortundamente, está a buen recaudo.
Un abrazo.