domingo, 27 de noviembre de 2011

Viñals, caballo, memoria


Lo dicho anteayer en esta misma ventana a propósito de Ángel Campos Pámpano, vale para José Viñals Correas.
Tuve la suerte de considerar a ambos mis maestros, tuve la desgracia de perderlos con un año de diferencia.
Hoy hace dos años de la muerte del segundo.
Y la mejor manera que se me ocurre de recordarlo es con su poesía.

El poema siguiente pertenece a Elogio de la miniatura (La Poesía, señor hidalgo, 2002), libro que él tuvo la generosidad de dedicar a mi familia.

11Mi caballo tiene ojos de nutria, tiene el pelo sedoso de la pantera negra. Mi caballo tiene la cresta de cacatúa enamorada. Mi caballo es de hoguera nocturna a la manera de los ritos equinocciales. Mi caballo tiene alma humana y flores rojas en la frente que destilan el licor de los sueños. Mi caballo es el mejor amigo de la penumbra y galopa con ella a lomos como si se tratase de una hembra. Mi caballo no recula nunca. Hay fervor en sus cascos.

2 comentarios:

  1. Te honra recordar a tus amigos en los aniversarios de su muerte, como lo haces hoy con este poeta José Viñals. Cuando muera, me gustaría dejar en este mundo amigos como tú.
    Feliz domingo.

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  2. El don de la palabra poética de Viñals es evidente que hay que seguir reivindicándolo y la mejor manera es seguir mostrando páginas como estas por quienes conocéis con amor y detalle su escritura. Que circule su obra para que no se olvide ni muera.

    Este es un claro caso de que la calidad creativa en no pocas ocasiones es superior a la "vida de la fama" de otros más exitosos y pasajeros escritores. Hizo lo que tocaba, escribir bien. Luego, la historia de la literatura sabemos que es injustamente relativa.

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