viernes, 18 de noviembre de 2011

Brotes


Repaso algún viejo cuaderno de notas y me voy encontrando en él restos escritos hace tiempo que, en la mayoría de los casos, ahora no me causan más que vergüenza.
E igual que se podan las ramas secas de un árbol, destinadas ya a la lumbre del olvido, voy arrancando y rompiendo sin pena hoja tras hoja, arrojándolas a la papelera: esbozos de poemas envejecidos antes de tiempo, textos llenos de canas y manías, apuntes artríticos y sarmentosos, proyectos de relatos con una caspa sebosa y amarillenta -como de nicotina terca en las yemas de los dedos- manchando el papel y las palabras…
Pero de vez en cuando, sólo de vez en cuando, entre las hojas marchitas asoma, tímido y leve, el milagro enternecedor de un verso aún verde, un brote tierno tiritando y germinando entre la basura; un verso hermano de esas hierbas humildes que se empeñan en crecer, tozudas e invencibles, entre las junturas del asfalto y las aceras, en medio de los cascotes y latas oxidadas de los solares abandonados a la incuria y la soledad de los años.

4 comentarios:

  1. Por ese pequeño brote verde que tal vez crezca, solo por eso, valen la pena tantos kilómetros de tinta.
    Un abrazo.

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  2. Elías, ¿dónde hay que firmar para suscribir de pe a pa tan hermoso y preciso texto?

    Un abrazo.

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  3. Merceds, Antonio: Ya tenemos el brote, de acuerdo; ahora, hay que quitar todo el asfalto que lo asfixia para darle la posibilidad de crecer.
    Esa es la labor de quien escribe. Me parece.

    Gracias y abrazos.

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  4. Que haya suerte en liberar al brote de sus obstáculos; es un tópico pero, "mientras haya vida...

    Saludos.

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