viernes, 25 de noviembre de 2011

Ángel, tranvía, memoria


Hoy hace tres años que moría Ángel Campos Pámpano. Ya he dicho en alguna ocasión de mi sentimiento de orfandad entonces, de lo injusto de su muerte tan temprana. Ese sentimiento sigue presente en mí cada día, cada vez que me acerco a cualquiera de sus libros, cada vez que sorprendo su perfil en la foto que tengo enfrente de donde tecleo estas líneas.

Os dejo con un poema suyo de La ciudad blanca, su primer -y para mí, con La semilla en la nieve- su mejor libro.

Desde Cacilhas, el transbordador cruza lentamente las aguas oscuras del Tajo. A un lado, tras los pilares del puente, la lámina rosa del cielo ocupa casi todo el paisaje. La línea final del agua se desvanece entre la bruma del fondo. Sopla un aire frío, salado, mineral, mientras contemplo afuera la embocadura. Enfrente, contra la silueta desvaída de la ciudad, las luces, ligeramente azuladas, puntean y recortan la colina. Va cayendo la noche, húmeda, como un fruto ya hecho.

Una vez en tierra, el chasquido metálico de un tranvía me devuelve la perspectiva en fuga, el trazo rectilíneo de la Baixa, al tiempo que suben al transbordador otros viajeros, cansados, silenciosos, para quienes el recorrido ya no será el mismo.



El próximo día 2 de diciembre, en San Vicente de Alcántara, su pueblo natal, Miguel Ángel Lama, uno de sus mejores amigos, y acaso quien mejor conozca su obra, intervendrá en un acto en su memoria organizado por la Asociación Cultural "Vicente Rellano".


Otro de sus grandes amigos, Luis Arroyo, le recuerda en su programa radiofónico La luz de las palabras.


Ilustración: Javier Fernández de Molina

5 comentarios:

  1. Así de caprichosa es la muerte, así de injusta. Queda, al menos, su palabra, y la palabra de sus amigos para mantenerlo vivo. Sin duda, un justo y hermoso recuerdo, Elías.

    Un abrazo.

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  2. Soberbia la manera de contr esa travesía por mar hasta encontrarse con el tranvía. Genial Ángel Campos.
    Imagino que el encuetro de sus amigos con su memoria será entrañable. Que lo disfrutes.
    Un abrazo.

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  3. Hoy leía (Proust) que no hace falta morir para estar muerto. No sólo eso: se puede estar vivo, a pesar y por encima de la muerte, ¿verdad, Ángel? Un abrazo, Elías, Migeul Ángel...

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  4. Intensidad de la palabra en Ángel Pámpano. Me ha recordado algunos viajes en cacilheiro, que tomaba solo por el placer del trayecto, sin voluntad real de ir al otro lado. Me une a él, además del amor a Lisboa, haber traducido a Eugénio de Andrade. Un abrazo para ti, que lo perdiste.

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  5. Gracias a todos por sumaros a este recuerdo.
    A vosotros, Mercedes y Antonio, porque siempre estáis ahí.
    A ti, Ada, por tantas cosas.
    A ti, Daniel, por Andrade y Lisboa.

    Abrazos.

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