¡Hombre,por Dios, cómo me pones así a la Ñ! Si tú mismo fuiste distinguido con la insignia de la Ñ de la Orden de los Hispanistas el pasado año... Además, es muy bonita esa escultural y atrevida Ñ roja nada ñoña de la foto, así es que no me la vuelvas a insultar o tendrás que vértelas conmigo. Lanzaré contra tu sombrero las 53 pamelas de las Ñ de mi colección, a ver qué pasa, grandullón.
¡A ver cómo diríamos 'año', 'coño' y 'sueño'! Revisa esa ojeriza hacia esta bendita palatal sin la cual te sentirías 'extraño' y nunca 'niño'. Ves, Elías, te podría llamar amor, pero seguramente sin 'cariño'... (¡ay, estos 'madrileños'!)
Pues créeme, querida Isabel, que estaba pensando en ti y en tu fantástica Ñ (que luzco con orgullo en mi biblioteca) cuando redactaba esta "escéptica" entrada. Me encanta que hayas entrado "al trapo", como suele decirse.
Y aunque tengo una buena cabeza (de tamaño) no sé si van a entrar las 53 pamelas en mi sombrero. Tú, inténtalo por si acaso.
Primero Isabel, y luego tú, Carlos, que ahora eres isleÑo: que no, de verdad, que no tengo nada contra esa bendita palatal (¡menuda definición!). Es mi yo escéptico -ese madrileÑo convertido en extremeÑo- el que me juega estas pasadas.
Elías Moro (Madrid, "cosecha" del 59). Jugaba al baloncesto. Ahora quiere a sus mujeres (4) y a sus amigos, lee lo que le dejan, escribe como puede, baila salsa (aunque lo que le gusta de verdad es el tango). Algún enemigo tendrá también por ahí, no voy a decir que no. Estado actual: escéptico.
TESTIGOS DE CARGO
"Cuando escribes te manchas de ti mismo". Tomás Sánchez Santiago Foto de Guillermo Gallego
¡Hombre,por Dios, cómo me pones así a la Ñ! Si tú mismo fuiste distinguido con la insignia de la Ñ de la Orden de los Hispanistas el pasado año...
ResponderEliminarAdemás, es muy bonita esa escultural y atrevida Ñ roja nada ñoña de la foto, así es que no me la vuelvas a insultar o tendrás que vértelas conmigo. Lanzaré contra tu sombrero las 53 pamelas de las Ñ de mi colección, a ver qué pasa, grandullón.
¡A ver cómo diríamos 'año', 'coño' y 'sueño'!
ResponderEliminarRevisa esa ojeriza hacia esta bendita palatal
sin la cual te sentirías 'extraño' y nunca 'niño'.
Ves, Elías, te podría llamar amor, pero seguramente sin 'cariño'...
(¡ay, estos 'madrileños'!)
Pues créeme, querida Isabel, que estaba pensando en ti y en tu fantástica Ñ (que luzco con orgullo en mi biblioteca) cuando redactaba esta "escéptica" entrada.
ResponderEliminarMe encanta que hayas entrado "al trapo", como suele decirse.
Y aunque tengo una buena cabeza (de tamaño) no sé si van a entrar las 53 pamelas en mi sombrero.
Tú, inténtalo por si acaso.
Un beso.
Primero Isabel, y luego tú, Carlos, que ahora eres isleÑo:
ResponderEliminarque no, de verdad, que no tengo nada contra esa bendita palatal (¡menuda definición!).
Es mi yo escéptico -ese madrileÑo convertido en extremeÑo- el que me juega estas pasadas.
Un abrazo.