Siempre aguzo el oído, procurando enterarme del título, cuando oigo decir a alguien “ese es un libro incómodo de leer”. Porque mira por dónde, ésos son precisamente los libros que más me gusta leer, los que requieren de un cierto suplemento por mi parte en esfuerzo y atención, no los evidentes y acomodaticios.
La lectura no es comodidad: cómoda es la cama, la oscilante hamaca de las siestas bajo el susurro de los árboles, ese sillón, hermano ya de tu cuerpo a fuerza de años y calor en común donde te sientas todos los días, sí, a leer.
Cuando por fin oigo el título del libro, si ya lo he leído asiento o discrepo en silencio, a veces con un leve cabeceo en un sentido u otro que delata mi interés o falta de él.
Si no, me lo apunto para el futuro.
Imagen: Winslow Homer
Totalmente de acuerdo. Sin renunciar al gozo que ha de producirnos la lectura, esas "dificultades" estimulan y nos mantienen más alerta en el viaje particular por las páginas de ese "libro difícil", que acaso no lo es tanto. Reitero: lo suscribo de principio a fin.
ResponderEliminarUn abrazo.
Te entiendo, te entiendo.
ResponderEliminarPero también se me van los ojos a esa foto que has elegido. Ya te he dicho una vez que eres un estupendo buscador y/o encontrador de fotos.
Y esa foto me recuerda que un jardín maravilloso, un campo apacible, una playa solitaria, un parque vacío, el patio de una casa en el pueblo... mi mente no se resiste a "completarlos" con un sillón para mí y un libro en las manos. Este "paisaje con figura y libro" es una de las imágenes del paraíso, seguro.
De modo, Elías, que en esa lectura en hamaca solitaria, en un campo en el que sólo se oiría algún pájaro y el sonido suave de la brisa, hasta lo difícil se convertiría en luminoso.
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Un abrazo, amigo, y buen fin de semana aun con tu patio en obras. ¡Ya tendrás tu paraíso cuando acaben los artistas, no te agobies!
(Ha salido de Cáceres un envío para Naumaquias, espero que te guste).