-Así que trabajas a menudo en una galería. Interesante. Entonces... ¿podría decirse sin temor a equivocarnos que eres un artista? -preguntó, sarcástico.
¿Y de qué estilo concreto, si puede saberse? ¿Figurativo, realista, conceptual, abstracto…? -se recochineaba desde la altura de su doctorado en Bellas Artes, hurgando en la herida.
-Nada de artista: minero de pico y pala -le aclaré brevemente, mientras le atizaba con la una y le remataba con el otro.
Claro que, en lo mío, quizá lo de artista no sea un término inapropiado.
Y respondiendo a la pregunta… Realista, diría yo, ¿no?
Seguro que se llevó un buen escarmiento :D
ResponderEliminarSí, señor; le estuvo bien empleado. Que es que hay mucho listo largando, sin respeto a quienes, en muchas ocasiones, saben más que ellos. A grandes males, grandes remediios.
ResponderEliminarComo creo que te he comentado en alguna otra ocasión: no vas a dejar títere con cabeza (guiño cómplice).
Abrazos.
Pues sí, Takuskita: bueno y definitivo.
ResponderEliminarEl escarmiento, digo.
Un saludo.
Por listo, por bocas y por chulo.
ResponderEliminarA ver qué opina ahora del féretro. A lo mejor le parece una "instalación".
¿Habrá fulano más cargante que un crítico de arte? Bueno, a lo mejor los de literatura.
Abrazo con pincelada.
Algunos de esos he visto en la Universidad y si hubiera tenido ese pico y la pala, la hubiera usado sin piedad.
ResponderEliminarMira por donde, con las reformas universitarias que va a implantar el Gobierno, podía empezar por hacer un estudio de idoneidad del profesorado.
Saludos
¡Genial el texto!
ResponderEliminarY estoy totalmente de acuerdo con los comentarios.
No hay cosa más cargante que un crítico de arte o de literatura lanzando pedanterías. Y encima, tan "grandiosos" como si acabasen de aportar algo, pongamos por caso, al avance en la vacuna de la malaria. ¡A mí misma, que soy de la profesión, me sacan de quicio, así es que entiendo el asesinato en esos casos!
Hemos ( mea culpa; en plural porque soy profesora de Literatura en la Universidad) perdido el sentido de la realidad y de la proporción. Un pico y una pala serían un buen remedio: o para darnos con ellos en la cabeza, o para ponernos a zachar.