Habría que establecer alguna norma que obligara a lavarse las manos con un buen desinfectante antes de ponerse a escribir para los demás; para que a la falta de talento no se le sumasen también algunos gramos de impurezas, de impudicia, de inmadurez.
Hace 4 años
Acasoe la mejor receta sea escribir siempre para uno mismo. Con sus imperfecciones, sus impurezas, su inmadurez...
ResponderEliminarUn abrazo.