martes, 24 de septiembre de 2013

Farero


-Algún día, todo esto que ves será tuyo -me decía señalando el horizonte de agua, dando vueltas por la pieza al ritmo giratorio del foco.

Toda la vida así, escuchando esto un día tras otro, y otro, y otro, mes tras mes, año tras año, sin salir nunca de esta isla asquerosa. 

Daba un poco de miedo.

Yo creo que estaba medio loco.

Visto desde lo alto, parecía un muñeco de trapo despatarrado entre las rocas, salpicado sin cesar de espumas y cangrejos.

3 comentarios:

  1. Oye... qué escalofrío me ha dado...

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  2. Isabel, Antonio: es que ya no podía más, me tenía loca.
    Y los cangrejos también necesitan proteínas de vez en cuando.

    Abrazos.

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