martes, 23 de julio de 2013

José Viñals, siempre



Uno de mis dos maestros literarios, José Viñals Correas (el otro es Ángel Campos Pámpano, y a ambos, estoy convencido, no les hubiera disgustado la vecindad en esta nota) cumpliría hoy 84 años si la vida hubiera sido más generosa de lo que acostumbra.

Desde su, para tantos amigos, dolorosa desaparición, no pasa un día sin que la sombra de José esté presente en mis días.

Gracias por vivir en mi vida maestro, amigo, hermano.



Contenido del cofre

Como cofre de taracea genuino de ébano y nácar, he aquí el poema, silencioso y perfecto, afable y bruñido.

Y aquí la llavecilla del cofre, con forma de escorpión, labrado en oro a la manera de Cellini.

Ábrelo, huele a sándalo que es olor apropiado. Ábrelo de mañana, no bien el sol entibie las yemas del almendro. O bien de noche entrada, cuando el sereno elabore el rocío.

Que nada enturbie tu ojo ni perturbe tu oído. Vas a abrir un misterio, vas a probar la gota de acíbar del mundo, sentirás en tus deseos las hebras de la música, penetrarán tu carne supremos sentimientos, una luz suave llegará hasta tu alma.

O bien el cofre es falso o es cofre de tahúres, o tu alma es de azogue sin trabajar, espejo deformante o agua estancada donde se asfixia el liquen, que no refleja cielo, ni color ni sonrisa.

(De Aduana, 1999)

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