Camarero. Menestral del gremio hostelero proclive a la sordera repentina y a la ralentización de movimientos durante su jornada laboral hasta extremos a veces preocupantes. O a pasear la mirada por un punto indeterminado del espacio que nunca coincide con el que ocupa mi humilde persona en cuanto aparezco por los aledaños de la barra en demanda de servicio.
Dichas patologías pueden englobarse también en los términos haragán o inútil de manera indistinta y sin faltar ni un ápice a la verdad.
Pero si usted va con ropa de marca, aparca buen auto y paga sin rechistar con billetes de 50, al menos, los cinco sentidos pondrán en atenderle.
ResponderEliminarAquí, algunos no están dados de alta, les adeudan algunas pagas, las esposas quejosas...
Hay que comprenderlos o mandarlos al carajo. Ya no hay profesionales, ahora son la mayoría mujeres jóvenes que lucen sus encantos por 600-900 al mes. Además están todo el rato con el whatsApp. ¿Qué consejo les damos?
Saludos