Gocé como pude los años
que la vida tuvo a bien otorgarme.
He llegado al fin hasta aquí
sin apenas nada en las manos,
tal vez con unos pocos abrazos
que me consolaron de los golpes
en el corazón y el esqueleto.
Mi puerta sigue abierta;
no tengáis prisa en hacerlo
mas venid cuando queráis:
en este lugar sin nombre
seréis bien recibidos.
seréis bien recibidos.
Elías Moro
Hola, Elías, me ha gustado mucho tu poema. Un saludo,
ResponderEliminarD.
Gracias, Deborah. A mí también me gustó mucho -ya te lo dije entonces- aquel poema tuyo con ecos de Mestre que leíste en Morille.
ResponderEliminarUn beso.