domingo, 9 de noviembre de 2014

Perdón



El perdón del sacerdote es como un jabón de manos: huele bien durante un rato, pero el aroma se disipa rápido.

1 comentario:

  1. Acepto que confieses tus pecados. Lo del perdón... es más complicado. Ni somos quienes te leemos curas ni creo que te privaras de seguir cometiendo tus mejores vicios. ¿Quién quita a un bebedor de su vino diario? Ni él mismo. Ni estamos para eso. ¡Una ronda, por favor, entre amigos! A estas edades, con lo que buscamos ya el solecito...

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