martes, 26 de octubre de 2010

Una copla de payador


La escopeta de mi abuelo
(Mario Pino)

Mi abuelo se iba a cazar
y preparó su escopeta;
con una buena bagueta
por dentro la entró a limpiar.
De nuevo la quiere usar
pues de tenerla guardada,
está tan amojosada
y dura como una suela:
desde que murió mi abuela,
no la ha tocao para nada.

Tiene que tener mucho ojo,
revisarle bien la junta,
pues dice que hasta la punta
se le ha taponeao con "mojo";
que tiene el seguro flojo
y el gatillo mueve a gatas,
que va a costar mucha plata
pa' completar esa hazaña;
si hasta con tela de araña
se le ha ensuciao la culata.

Dice que antes bien andaba
aun cuanto vivía la vieja;
sin tener ninguna queja
de vez en cuando probaba.
Muchas veces gatillaba
y el tiro no le salía,
pero él, que ya la entendía,
de nuevo la preparaba;
entonces, ´onde gatillaba
a caño lleno escupía.

La púa que está gastada
ya no martilla como antes,
y en vez de ir pa'delante
pa'trás se vuelve arrollada.
Él le pegó una estirada
pero se quedó ahí nomás,
y tiene miedo además
de que el caño no le aguante,
y en vez de ir para adelante
le reviente por atrás.

Cuando mi joven abuelo
la tenía bien completa,
daba gusto su escopeta:
entonces le andaba al pelo.
Le desparramaba al vuelo
sin andar con precauciones;
es que en esas ocasiones
andaba bien el martillo:
ni bien tocaba el gatillo
saltaban las municiones.

Y antes sí que pateaba;
pero mucho más que ahora.
Como era tan pateadora,
a veces miedo le daba.
Un día apuntando estaba,
apretó el gatillo y ¡zas!:
lo hizo caer pa'tras,
y según cuenta mi abuelo,
que en cuanto lo vió en el suelo
le dio diez patadas más.

Él dice: "Por más que sea,
no tiene la fuerza de antes”.
Él gatilla muy campante
pero ya ni se mosquea.
Como casi no patea,
él apunta sin cuidao,
y cuando le ha gatillao
aunque le parezca extraño,
por el olor que echó el caño
se dio cuenta que ha tirao.

Pero ni la quiere usar,
ni maltratarla tampoco;
la va a limpiar otro poco
y después la va a guardar.
No saldrá más a cazar
y se arrepintió enseguida;
dejó su vista tendida
sobre el verdoso paisaje,
recordando los pasajes
de su escopeta querida.


4 comentarios:

  1. Pues esta no la conocía. La he escuchado un par de veces, y no sé si porque la edad ya no es la misma que en los finales del 70, o por el modo de decir el verso, no me ha llegado igual que aquellas payadas de Larralde, Cafrune o Zitarrosa, por ejemplo.

    Gracias, de todos modos, por darnos a conocer tal curiosidad.

    Un abrazo.

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  2. Los hay con arte, que saben contar sin decir y además divertir.
    Un abrazo.

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  3. Tremendamente nostálgico, tremendamente puro, me encanta...

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  4. Tremendamente simpático y conmovedor. Me encantó.

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