sábado, 30 de octubre de 2010

Miguel Hernández (Romancillo de mayo)


Romancillo de mayo

Por fin trajo el verde mayo
correhuelas y albahacas
a la entrada de la aldea
y al umbral de las ventanas.

Al verlo venir se han puesto
cintas de amor las guitarras,
celos de amor las clavijas,
las cuerdas lazos de rabia,
y relinchan impacientes
por salir de serenata.

En los templados establos
donde el amor huele a paja,
a honrado estiércol y a leche,
hay un estruendo de vacas
que se enamoran a solas
y a solas rumian y braman.

La cabra cambia de pelo,
cambia la oveja de lana,
cambia de color el lobo
y de raíces la grama.
Son otras las intenciones
y son otras las palabras
en la frente y en la lengua
de la juventud temprana.

Van los asnos suspirando
reciamente por las asnas.
Con luna y aves, las noches
son vidrio de puro claras;
las tardes, de puro verdes,
de puro azul, esmeraldas;
plata pura, las auroras
parecen de puro blancas
y las mañanas son miel
de puro y puro doradas.

Campea mayo amoroso;
que el amor ronda majadas,
ronda establos y pastores,
ronda puertas, ronda camas,
ronda mozas en el baile
y en aire ronda faldas...


Ver y escuchar aquí

5 comentarios:

  1. Me gusta Hernández por muchas razones, pero especialmente porque no se olvida de poner música a sus letras y porque se le entiende todo.
    Saludos de nuevo.

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  2. Hoy nuchos hemos recordado a Miguel,el poeta del pueblo.

    ¡Cuánto bueno nos dejó!

    ¡Cuánto bueno más nos podría haber dejado!

    Saludos

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  3. Elías qué bien has escogido. Estoy pasando un dia genial, allá donde voy de visita está Miguel Hernandez.
    Un abrazo

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  4. Has escogido para celebrar a mi tocayo de apellido, uno de los poemas más alegres de la lengua castellana.
    La música que Serrat le puso, colaboran en esa sensación fresca, bullanguera, amable:

    "Campea mayo amoroso... que en el aire ronda faldas".

    Unabuena manera de terminar mi día. Gracis Á

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  5. Queridas todas, Felipe:
    Miguel Hernández es un grande de la poesía.
    Pero mucho me temo, dada nuestra secular costumbre, que en cuanto pase este centenario, muchos de los que ahora se suben al carro se bajarán de golpe y no volverán a leerlo en la vida.

    Gracias a todos por los comentarios.

    Abrazos.

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