miércoles, 6 de enero de 2016

Canto XI (Tonino Guerra)


Hace dos días, era el primer domingo de noviembre,
había una niebla que se podía cortar con el cuchillo.
Los árboles estaban blancos de escarcha y las calles y los campos
parecían cubiertos de sábanas. Pero luego salió el sol
y secó el universo y solamente las sombras
permanecieron mojadas.

Pinela el campesino estaba atando las parras
con espartos que llevaba sujetos en la oreja.
Mientras él trabajaba yo le hablaba de la ciudad,
de mi vida que ha durado un parpadeo
y del miedo que me da la muerte.

Entonces, de repente, cesaron los ruidos que hacía con las manos
y oímos un gorrioncillo que cantaba a lo lejos.
Y me dijo: miedo ¿por qué? La muerte no es aburrida,
viene sólo una vez. 

(La miel, 1981)

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