Leyendo a Piglia en Los diarios de Emilio Renzi descubro que hay una estación de metro en
Buenos Aires (me gusta más cómo lo dicen por allá, subte) cuyo nombre es idéntico al apellido de un muy querido amigo:
Medrano.
No sé, esto acaso no signifique nada, pero a mí
el saberlo me ha encendido la alegría por un momento. 
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