Como serones en los costados, cargamos con dos cosas en la vida que, por mucho que lo intentemos, nunca podremos quitarnos de encima.
Una es impuesta, la otra adquirida; aquélla prosaica, ésta poética: la herencia genética que te haya tocado en suerte y el equipo del que te hiciste de pequeño en contra de toda lógica.
Y esto es así, sin vuelta de hoja, tanto para lo bueno como para lo malo.
Una es impuesta, la otra adquirida; aquélla prosaica, ésta poética: la herencia genética que te haya tocado en suerte y el equipo del que te hiciste de pequeño en contra de toda lógica.
Y esto es así, sin vuelta de hoja, tanto para lo bueno como para lo malo.
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