Acepto que confieses tus pecados. Lo del perdón... es más complicado. Ni somos quienes te leemos curas ni creo que te privaras de seguir cometiendo tus mejores vicios. ¿Quién quita a un bebedor de su vino diario? Ni él mismo. Ni estamos para eso. ¡Una ronda, por favor, entre amigos! A estas edades, con lo que buscamos ya el solecito...
Acepto que confieses tus pecados. Lo del perdón... es más complicado. Ni somos quienes te leemos curas ni creo que te privaras de seguir cometiendo tus mejores vicios. ¿Quién quita a un bebedor de su vino diario? Ni él mismo. Ni estamos para eso. ¡Una ronda, por favor, entre amigos! A estas edades, con lo que buscamos ya el solecito...
ResponderEliminar