Justo es, pues, que lloremos de remordimientos cuando las cortamos. Un abrazo.
Ya te digo, Jesús.A mí se me caen unos lagrimones que pa qué.Abrazo culinario.
Será de emoción.
Aunque hay algunas, muy pocas, sin corazón ni na, que ni hacen llorar ni lloran. Muy bueno, Elías. Un abrazo sonriente.
tengo mis dudas, Rafael: no las veo yo emocionadas viendo al "chef" armado y no muy buenas intenciones.Un saludo.
Esas, Antonio, tienen el corazón de piedra, más duras que lagartos viejos.Un fuerte abrazo.
Yo me libro de llorar porque uso lentillas...asi no hay cebolla que pueda conmigo..
Je, je, je, je... Nunca lo había visto de este modo, pero llevas toda la razón, ellas si que deben tener miedo.Feliz fin de semana.
Justo es, pues, que lloremos de remordimientos cuando las cortamos. Un abrazo.
ResponderEliminarYa te digo, Jesús.
ResponderEliminarA mí se me caen unos lagrimones que pa qué.
Abrazo culinario.
Será de emoción.
ResponderEliminarAunque hay algunas, muy pocas, sin corazón ni na, que ni hacen llorar ni lloran.
ResponderEliminarMuy bueno, Elías.
Un abrazo sonriente.
tengo mis dudas, Rafael: no las veo yo emocionadas viendo al "chef" armado y no muy buenas intenciones.
ResponderEliminarUn saludo.
Esas, Antonio, tienen el corazón de piedra, más duras que lagartos viejos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Yo me libro de llorar porque uso lentillas...asi no hay cebolla que pueda conmigo..
ResponderEliminarJe, je, je, je... Nunca lo había visto de este modo, pero llevas toda la razón, ellas si que deben tener miedo.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.