Los soldaditos de plomo siempre parecen muertos antes de la batalla.
jueves, 31 de marzo de 2016
Cosecha del 59 (14)
Los chicos rebeldes
Los chicos rebeldes se han vuelto tiernos con la edad
se emocionan leyendo poemas,
circulan lento frente a los escaparates del pasado
han abandonado el gusto por las citas
y envejecen con cierta elegancia,
a
sus novias ya no les dicen tías
les llaman corazón,
han aprendido a lavar la ropa, a planchar y a doblar
con cuidadoso acierto
cada uno de sus errores,
a los chicos rebeldes el amor ya no les quita el sueño
pero no podrían vivir ni un sólo día sin amar,
hacen trampas con el tiempo pero tienen los días contados.
Los chicos rebeldes saben que ya no volverán a caminar
sobre ninguno de sus propios pasos
por eso ahora cada caricia es siempre la primera
cada beso el último beso.
Ya no persiguen ni se dejan perseguir
son incómodos frente a la ambición
aman las causas perdidas
y nadan contracorriente.
Los chicos rebeldes con la edad toman pastillas que no les drogan
drogas que no les matan
y mueren un poquito cada día
sin perder ni ocultar
el brillo errático de sus miradas.
Los chicos rebeldes han aprendido a despedirse sin decir adiós
se van sin hacer ruido ni dejar rastro
solos, siempre solos
con el mundo dentro.
UbertoStabile (20 de julio)
Imagen: Javier Fernández de Molina
miércoles, 30 de marzo de 2016
Sueños
Una vez soñé con un hombre que soñaba con matarme, con
hundirme un puñal en el pecho.
Ignoro por qué motivo, cuál sería la causa de aquel
odio feroz. De lo que no cabía ninguna duda era de su determinación a acabar conmigo.
Menos mal que sólo es un sueño, pensaba yo.
Bueno, dos: el suyo y el mío.
De modo que ahora mismo, mientras escupo sangre y busco aire desesperadamente entre agónicos estertores, no sé si estoy soñando otra vez o sigo aún en aquella pesadilla.
O si este cuchillo, clavado en mi hígado, es de verdad, y aquel tipo ha cumplido, por fin, su sueño.
Eso sí, si esto resulta real, y ya que yo no voy a poder si así fuera, alguien debería decirle al asesino que se le ha ido la mano un poco hacia abajo a la hora de clavar.
Nota bene: este microrrelato se publicó por primera vez el 20 de septiembre de 2011 en el magnífico blog de Juan Yanes, "Máquina de coser palabras".
Imagen: Weegee
martes, 29 de marzo de 2016
Carcajada
En literatura me parece mucho más difícil y meritorio arrancar una carcajada que un puñado de lágrimas.
lunes, 28 de marzo de 2016
Las témporas y el culo
Al igual que esas otras
de “el tocino con la velocidad” o “los cojones con el trigo”, nunca he
entendido muy bien la castiza expresión de “No confundir el culo con las
témporas”. Y ya, ya sé que todo el mundo sabe lo que es el culo. Pero, y las
témporas, ¿eh? Atadme esa mosca por el rabo.
Tranquilos, que no
cunda el pánico: ya la wikipedia y yo os sacamos de la duda en un pispás:
Las
témporas, en la iglesia católica, son los breves ciclos litúrgicos,
correspondientes al final e inicio de las cuatro estaciones del año, consagrados especialmente a la plegaria y a la penitencia. En su origen, el objeto de las témporas era dedicar un tiempo a dar gracias a Dios por los beneficios recibidos de la
tierra y a pedirle su bendición sobre las siembras para que produjeran cosechas
abundantes. Tratándose de una institución que afecta a toda la comunidad
cristiana, ese tiempo se organizó hasta convertirse en un conjunto de
celebraciones litúrgicas, con sus formularios propios. Desde el principio la
celebración de las témporas suponía actos penitenciales colectivos, ayuno en su sentido amplio
particularmente, medio necesario para purificar el espíritu y para poder
ofrecer a Dios el culto confiado de la iglesia, del modo más sincero.
¿A que casi ninguno
sabía qué cosa eran las témporas, eh? Y no os pongáis estupendos ahora diciendo
que sí, que claro, que faltaría más, que por supuesto.
Y sin embargo yo sigo con la duda; es más, todavía la entiendo menos: ¿Qué coño tendrá
que ver el culo con las témporas?
Y ya para terminar, y
puestos a elegir, me quedo, de todas todas, con el culo.
Por lo menos, y sin ir más lejos, con este de la imagen.