Vino a morir. Una enorme tortuga de mar vino a morir en las playas de Necochea. La enterraron los niños.
viernes, 26 de febrero de 2016
jueves, 25 de febrero de 2016
Epitafio a un mastín del siglo VXIII
Jules Klein
en su obra La Mesta (1936) afirmaba que en los tiempos
antiguos cada rebaño de ovejas era guardado por cinco mastines. Eran
cuidados con el mayor esmero y se les suministraba la misma cantidad de comida
que a los pastores. Los mastines extraviados no podían pasar a posesión de
pastor o ganadero alguno sin la autorización del Honrado Concejo. Klein
consideraba que algunos de los perros pintados por Velázquez pertenecían a esta
raza. Vivieron con los rebaños, custodiaron los vellones, honraron apriscos y
majadas, recorrieron las tierras de España por cañadas, cordeles y veredas,
lidiaron con lobas pardas, soportaron en sus guardas calores, tormentas y
escarchas.Fueron la silenciosa compañía de los pastores y compartieron el pan, de trigo y
cebada, con sus hermanos los careas, y ennoblecieron los horizontes del
paisaje ibérico. Mucho le es debido a estos perros, criaturas de romance viejo.
Por cierto,
el Diario de Madrid, de 16 diciembre de 1796, publicó, sin firma,
este Epitafio a un mastín que no puede ser leído sin emoción.
de quien jamás el mundo tuvo quexas;
defendió de los lobos las ovejas
con robusto vigor y hábiles zancas.
Sus dientes y carlancas
fueron defensa al tímido rebaño,
y atronando los vagos horizontes
con fiel ladrido en las nocturnas horas,
ahuyentó de los montes
las bestias carniceras,
y a los hombres más fieros que las fieras.
Hizo bien a su grey, a nadie daño
con intento maligno.
Agradeció leal parco sustento,
y vigilante a su deber, y atento
no a ambición, no a interés, no a gloria vana,
no a delicia liviana
le ajustó; más a sola la obediencia
de obrar, qual le dictó la Providencia.
Bien tan gran perro de epitafio es digno;
o si no lo confiesas, caminante,
búscale entre los Héroes semejante.
Texto encontrado aquí
miércoles, 24 de febrero de 2016
Veneno
Al igual que ciertas especies de
escorpiones, hay quienes llevan un apóstrofo con veneno al final de sus
palabras.
martes, 23 de febrero de 2016
Mala costumbre
Le
podía, y le perdía, la costumbre.
Al
fin y al cabo, durante muchos años la fórmula le había funcionado a la
perfección.
-Usted
no sabe con quién está hablando -decía siempre, seguro de sí en cualquier
situación, ante cualquier problema, enseñándote la culata del arma por encima
del cinturón como quien no quiere la cosa.
Pero
allí, y ya, no se trataba de hablar.
Porque
ahora la pistola la tenía yo.
¿Y
para qué quieres una pistola si no vas a utilizarla?
lunes, 22 de febrero de 2016
domingo, 21 de febrero de 2016
"Vita-cal"
Para Rafael Castillejo, custodio de una cierta memoria, que me ha regalado la imagen.
Me acuerdo de una golosina cuya
propaganda rezaba así: “Chaval, toma Vita-cal”.
Era una pastilla de chocolate de aproximadamente 5x5 cms., un pequeño tesoro.